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martes, 10 de agosto de 2010

El Vigilante- HECTOR GAGLIARDI

EL VIGILANTE

Soy el agente parado
en la esquina de su casa
y sé todo lo que pasa
ha de pasar o ha pasado.
De todo me han enterado
mis medios de información;
yo le encuentro solución
al más difícil problema,
así suceda en "La Quema"
o en Plaza Constitución.

Yo sé cómo se ha casado
la hija del italiano,
por qué vendieron el piano
los de la casa de al lado.
Con qué cuento lo han clavado
al panadero también.
Y de algunas chicas "muy bien"
yo les conozco el prontuario,
y soy el confesionario
de los curdas de almacén.

Veinte pebetas solteras
hay de stock en mi parada,
tengo cuatro separadas
que un buen día se entreveran,
siete viudas verdaderas
Y tres que reciben pensión. . .
Aproveche la ocasión
si es joven, soltero o viudo,
en lo que pueda lo ayudo
para darle un empujón.

Aquí nadie me ha faltado
y sé hacerme respetar;
sé que conviene mirar
a veces para otro lado;
con mi tranco acompasado
que me empeño en retardar,
les doy tiempo en disparar
a los pibes en patota,
que se van con la pelota
a otro lado a jorobar

Tengo experiencia sobrada
que entre marido y mujer
no conviene proceder,
pues nunca se llega a nada;
que se arreglan con la almohada
que ayuda a reflexionar...
y casi siempre el lidiar 
no ha venido por la suegra,
sino por la hermana de ella
en edad de casorear.

Entiendo que los zaguanes
son anzuelos del altar,
donde se van a ensartar
casi todos los donjuanes;
me divierten sus afanes
para esquivar la mirada
pegando la cabeceada
antes de unirse en un beso,
y yo al sobrarlos, por eso,
no me muevo en la parada.

Sé alzar al derrotado
que arrodilla la miseria
y sé pedir en la feria
para ellos un bocado; 
En doce horas parado
hay muchos casos fuleros; 
desalojar a un obrero
enternece a cualquier hombre
aunque se lleve uniforme
para ganarse el puchero.

Soy el que empuja las puertas
cuando usted viene del cine;
el del perro que me sigue, 
compañero de horas muertas 
soy el que tiene la fiesta
y algún mate de escapada,
y en horas de madrugada
con un "tari...a...tari...
les pasa el santo que ahí
está el cana en la parada.

Soy el que pone el pecho
cuando viene la tormenta
el que recibe los tiros
y apreta la mano al caído.
Soy la línea que separa
a los justos de la jauría
de perros delincuentes que un día
querran entar a su casa

3 comentarios:

  1. esta poema lo recite cuando solo tenia 4 años (hace 31 ya) ahora soy policia y con mucho orgullo y dignidad.
    Daniel M.

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  2. Aguante los unifromados!!!

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  3. SIENDO MUY CHICO Y CUANDO LOS TEMORES DE LA NOCHE APARECIAN,
    EL "TARI TARI" DEL POLICIA DE JONTE Y CUENCA (CRIA. 41) EN
    SU CAMINATA POR LOS PASAJES, NOS QUITABA ESOS MIEDOS. QUE HERMOSA PROFESION, SER SERVIDOR PUBLICO.











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