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viernes, 16 de febrero de 2018

Un pequeño gesto puede cambiar una vida. Escrito por Gaston Migueles

Un pequeño gesto puede cambiar una vida:
Les queria contar a todos lo que hoy me sucedió: todo empezo hace mas de 10 años, yo cuidaba una esquina y un nene de unos 8 años se puso a pedir monedas o alimentos en mi esquina, los vecinos me pidieron que eche a ese pibe de allí, les molestaba y les daba mala imagen.  Presurosamente me acerque al chico y le pregunte su nombre soy Angelo me dijo, lo interrogue por sus papas y que era lo que queria obtener pidiendo tan insistentemente, " JEFE TENGO HAMBRE , PAPA NO TENGO Y MI MAMA HACE VARIOS DIAS QUE NO VIENE A CASA ME DIJO YA VUELVO ME DIO UN BESO NO VOLVIO, ME ABANDONO" quede tieso, un nudo en la garganta me trabo la respiracion, quise seguir indagando y supe que el portero del edificio donde vivia lo queria ayudar pero Angelo no queria nada gratis, JEFE YO QUIERO TRABAJAR me dijo, insisti con mi interrogatorio y supe a que escuela iba y que era lo que le gustaba hacer, "YO LAVO AUTOS SEÑOR, ME GUSTA LAVAR AUTOS" . no lo eché, no pude, tome una decision que fue lo primero que me salio del corazon, y acorde a la educacion que habia recibido me apure a ir a comprarle un sandwich completo. Se lo devoró literalmente, acto seguido le doy unos $50 de aquel entonces para que se compre algo para comer. El pibe Se quedo el resto de esa guardia junto a mi, no se me despego ni un segundo, como queriendo con su compañia darme las gracias a mi. Al dia siguiente volvio y para mi sorpresa me abrazo y me mostro lo que habia comprado con esos $50 , un balde, un detergente , una rejilla y un secador de mano, mire jefe me dijo, ya me tengo mis herramientas para trabajar me dijo. Yo apenas lo podia creer, lo felicite con ganas de retarlo pero me contuve para no lastimar su ilusion, al fin y al cabo era solo un nene de 8 años. Se me ocurrio proponerle un trato arriesgado , " venite todos los sabados de mañana a lavar autos a mi esquina que yo pongo la cara por vos, pero solo venite los sabados y nada mas, me dio la mano y me dijo trato hecho jefe". Vino todos los sabados por los siguientes 3 o 4 meses, compartia con el mi desayuno y empezabamos a laburar, yo en lo mio y el pibe en lo suyo, yo me iba a las 14 y el chico seguia trabajando. Despues por cosas de la carrera policial me cambiaron de lugar y no volvi a ver al chico..
Ayer 15 de febrero y casi mas de 10 años despues ese chico apareció, me encontro en el garage de calle paraguay 1523 , "Jefe al fin lo encuentro , lo he buscado por cielo , mar y tierra" me dijo un joven muy alto , mas alto que yo y muy bien vestido con un prolijo traje y un maletin, JEFE SOY ANGELO no se acuerda de mi?? Y automaticamente salto a mis brazos como si fuera un ser querido que hace tiempo no ve, senti ese abrazo muy intenso, JEFE me acabo de recibir y le traigo mi diploma me dijo, JEFE le queria contar que soy dueño de un lavadero de autos, me dio su folleto incluso, JEFE yo labure sin parar desde ese sabado que empece aca y ahorre mucho para ponerme mi propio negocio me dijo, en ese momento me pone en las manos un billete de $50 y me dice: JEFE acepte esto porque sin Ud yo no seria nada, gracias por ser policia, yo jamas lo olvidé jefe y lleveme su auto las veces que quiera que yo se lo dejo brillante. Me costaba respirar, me costaba hablar, temble como un viejito.
A veces un simple gesto o una buena actitud puede cambiar una vida!  Eso me paso hoy a mi. Cabo F Migueles.cria 17°

domingo, 11 de febrero de 2018

Hacia donde vamos Argentina

Yo, Policía en mi hora libre, estaba de compras, cuando lo vi suceder. El delincuente se aproximó sobre su víctima. Era una madre que llevaba a su niño de la mano. Le apuntaba con un arma en el rostro; anunció el robo amenazandola. Al verlo, mi impulso policial surgió. Pero así como surgió se detuvo. Y pensé: "No tengo apoyo del lugar donde trabajo; no tendré carrera, el Ministerio no me defenderá, la ley cada juez la interpreta a su gusto por lo que hay 10, 100, 1000 lecturas para el mismo hecho.  La sociedad me condena. Mi familia; ellos me esperan en casa".
La pobre mujer asustada ni siquiera reaccionó.
  El delincuente (víctima de la sociedad opresora), sin motivos y luego de obtener lo que quería, disparó su arma. La mujer cae al suelo con su rostro ensangrentado. El niño llora, llora sin saber que hacer.
  En ese momento no sólo se llevó las pertenencias de la mujer sino que también destruyó la familia, se llevó sus sueños, sus planes, y su vida.
  No reaccione. Hice la llamada al 911 y avisé; al fin y al cabo es ese el procedimiento.
Llego a casa y estaba mi esposa y mis hijos.
  El Ministerio no expresó que fui irracional al impedir que el señor victimario matase a una mujer por un bolso (finalmente
el es una pobre víctima de la sociedad y tiene derechos y necesidades). No leí en las redes sociales el desprecio de la sociedad enceguecida en contra de la Policia; no vi fotos ni vídeos que mostraban la agresión policial en contra de una persona que sólo quería llevarse un bolso.
No vi las manifestaciones de los derechos humanos reclamando justicia e indemnización a la familia del pobre muchacho muerto vilmente en manos de la Policía poco preparada y que actúa precipitadamente, a la vez que pide encarcelar al Policía por abuso de poder. Tampoco vi la débil falange de la prensa haciendo su cadenas de noticias desacreditando la labor policial.
Mi arma no me fue retirada y no estuve seis meses sin poder trabajar cobrando el 20 % de mí sueldo, mientras deciden si voy a prisión o no. Al final el policía es culpable hasta que se demuestre lo contrario.

Sí. Yo estuve allí. Pero fue como sino hubiese estado.
El problema será cuando el resto de la Policía actúe así.
La inseguridad será mayor aun; el caos gobernará en conjunto con la legislación. El miedo a ir a trabajar, llevar nuestros hijos a la escuela, ir al mercado, nos acompañará y se sentará a la mesa con nosotros.

  Al fin pareciera ser que estamos buscando vivir en este caos.
Hemos perdido el norte. Hemos transgredido valores y principios. Llamamos bueno a lo malo y malo a lo bueno.

  No importa quien lo escribio, importa quien lo lee.